Errores financieros comunes que deben evitar las pymes

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El crecimiento y la estabilidad económica de las pequeñas y medianas empresas (pymes) constituyen una inquietud frecuente en el mundo de los negocios. A menudo, el fervor emprendedor y la atención en las actividades cotidianas hacen que los directivos de las pymes pasen por alto aspectos cruciales relacionados con la solvencia financiera, lo cual puede conducir al colapso incluso de los modelos de negocio más creativos. Identificar y prevenir los deslices financieros más habituales es esencial para garantizar la perdurabilidad y el desarrollo continuo de cualquier pyme.

Carencia de planeación financiera

Uno de los fallos más comunes es gestionar sin un plan financiero completo. Muchas pequeñas y medianas empresas, bajo la presión de las ventas inmediatas o las tareas diarias, disminuyen la importancia de presupuestar y planificar los flujos de caja. Sin este guía, es fácil realizar gastos innecesarios, subestimar los costos de operación o no prever períodos de baja liquidez. Un caso típico es el de aquel negocio pequeño que, después de una temporada alta, considera que los ingresos seguirán igual, y asigna recursos a inventario o contrataciones que no podrá mantener en meses con menor demanda.

Confusión entre las finanzas personales y empresariales

Mezclar las finanzas personales con las de la pyme es un error grave que afecta la claridad contable y la toma de decisiones. Según datos de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), hasta el 70% de los pequeños empresarios reconocen haber incurrido en este error en algún momento, lo que genera desorden, dificultades para analizar la rentabilidad real y problemas ante auditorías fiscales. Mantener cuentas bancarias separadas y registros claros es crucial para identificar los verdaderos ingresos y egresos de la empresa.

Administración deficiente del flujo de caja

El flujo de efectivo es la sangre que mantiene viva a la pyme. Incluso empresas rentables pueden enfrentar problemas graves si no hay dinero disponible para cumplir con compromisos inmediatos, como pago a proveedores o salarios. La frecuencia de este problema se ilustra en estudios como el de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que identificó el mal manejo del flujo de efectivo como una de las tres principales causas de quiebra de pymes en México. Para contrarrestar este riesgo, es recomendable utilizar herramientas de proyección y monitoreo, además de negociar términos favorables con clientes y proveedores.

Subestimar la importancia de la contabilidad profesional

El manejo inexperto de las finanzas es otra trampa común. La tentación de reducir costos llevando la contabilidad internamente, sin la guía de un experto, puede derivar en fallos de cálculo, olvidos fiscales y sanciones. Incluso en negocios pequeños es crucial invertir en programas contables apropiados o contratar oficinas contables con conocimiento en la industria. Situaciones recientes muestran cómo empresas nuevas perdieron oportunidades de inversión al no poder presentar estados financieros sólidos ante posibles socios.

Ausencia de gestión sobre los gastos

No identificar y controlar los costos operativos genera grandes fugas de capital. Esto sucede cuando los empresarios dan por sentado ciertos gastos o no revisan periódicamente sus contratos y condiciones. Por ejemplo, una pyme puede estar pagando tarifas elevadas de servicios o arrendamientos simplemente por desconocimiento o falta de renegociación. La revisión periódica de todos los costos, así como la adopción de prácticas de mejora continua en procesos y compras, ayuda a optimizar recursos y mantener márgenes saludables.

Desconocimiento de los indicadores clave del negocio

No monitorear los indicadores clave de desempeño, como el margen bruto, los plazos de cobro a clientes o el grado de apalancamiento, limita la toma de decisiones y dificulta la corrección oportuna de desviaciones. Empresas exitosas suelen establecer tableros de control con métricas relevantes y los revisan periódicamente. Al no hacerlo, una pyme puede ignorar señales de alerta, como el incremento en los días de inventario o la caída sostenida de las utilidades, hasta que el problema sea crítico.

Un alto nivel de deuda sin una adecuada planificación

Acceder al crédito puede beneficiar a cualquier pequeña y mediana empresa, sin embargo, endeudarse sin evaluar la verdadera capacidad de repago es altamente peligroso. Muchas compañías solicitan financiamiento para cubrir costos operativos, sin tener en cuenta el costo del financiamiento ni la generación adecuada de flujo para liquidar la deuda. Hay numerosos ejemplos de negocios familiares que, al no anticipar la disminución de ingresos o incrementos en las tasas de interés, terminaron poniendo en riesgo su patrimonio personal. Un endeudamiento prudente implica comparar diferentes opciones, calcular escenarios desfavorables y ajustar las cantidades a las necesidades reales, evitando poner en peligro la sostenibilidad a largo plazo.

Mala utilización de estímulos y beneficios fiscales

La falta de información o actualización respecto a incentivos gubernamentales, programas de apoyo o estímulos fiscales puede significar perder oportunidades importantes de ahorro. Existen frecuentemente subsidios, deducciones o créditos fiscales para pymes en sectores estratégicos, pero gran parte de los empresarios desconoce los requisitos y procedimientos para solicitarlos. Esto limita la capacidad de inversión, innovación y mejora en competitividad. Capacitarse de manera continua y mantener relación con cámaras empresariales permite acceder a información relevante y aprovechar mejor los recursos.

El grupo de fallos financieros mencionados se debe tanto a la falta de conocimiento técnico como a la presión que implica dirigir una pyme en mercados competitivos. La prevención, el orden y el aprendizaje constante se presentan como instrumentos clave para enfrentar estos retos. Mejorar la administración financiera no solo protege los intereses actuales, sino que también establece fundamentos firmes para asegurar que los proyectos empresariales perduren y se afiancen a lo largo del tiempo.

Por Camila Santos Hernandez