¿Por qué las señales del mercado de divisas han perdido eficacia? Descubre qué impulsa al dólar

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Las señales clásicas que históricamente ayudaban a anticipar los movimientos del dólar han comenzado a fallar. Factores como las tasas de interés, el precio de las materias primas o la aversión al riesgo solían tener un peso considerable en la cotización de la moneda estadounidense. Sin embargo, en el contexto actual, estas variables han perdido eficacia, dejando a los operadores sin referencias claras para guiar sus decisiones.

Por años, estos instrumentos fueron valiosos para anticipar los aumentos o descensos del dólar. Sin embargo, el mercado ha evolucionado hacia una fase diferente, en la que la incertidumbre y la falta de alineación entre las variables económicas y las respuestas del tipo de cambio predominan en el panorama.

Un descenso sin precedentes

En el último semestre, el dólar ha registrado una caída superior al 10 %, una de las más pronunciadas desde principios de la década de 1970. Frente al euro, la depreciación ha superado el 13 %, lo que marca el peor semestre de la moneda estadounidense desde la creación de la divisa europea. Este movimiento ha desconcertado incluso a los operadores más experimentados, acostumbrados a patrones que hoy ya no se cumplen.

A pesar de que los recortes de tasas en otras economías solían ser una señal de fortaleza para el dólar, actualmente el billete verde cae incluso cuando sus competidores adoptan políticas más laxas. La relación inversa entre tipos de interés y la fuerza relativa del dólar parece haberse roto, al menos por ahora.

Forces renovadas en acción

La debilidad del dólar obedece ahora a una combinación de factores estructurales y políticos. Entre ellos destaca la elevada emisión de deuda pública en Estados Unidos, que ha encendido alarmas sobre la sostenibilidad fiscal del país. A esto se suma la posibilidad de que la actual administración busque de forma deliberada un dólar más débil para mejorar la competitividad de las exportaciones.

El temor a que nuevas políticas proteccionistas aumenten la presión sobre la balanza comercial también ha motivado un cambio en el comportamiento de los inversores, que han empezado a explorar otras monedas como reserva de valor.

Asimismo, el contexto geopolítico ha disminuido su impacto como factor de impulso para la demanda de activos refugio en dólares. Los conflictos internacionales o las tensiones regionales, que en el pasado incrementaban el valor del dólar, ahora provocan reacciones más moderadas o, en ciertos casos, neutras.

Cambios en las estrategias del mercado

Frente a esta nueva realidad, muchos operadores han optado por reducir sus apuestas macroeconómicas de largo plazo y adoptar enfoques más tácticos y conservadores. Las estrategias de cobertura han ganado protagonismo y las posiciones en derivados se están utilizando con mayor cautela.

Incluso grandes instituciones financieras han expresado desconcierto ante esta falta de previsibilidad. Algunos operadores han reconocido que las señales que antes funcionaban hoy simplemente no aplican, lo que ha llevado a adoptar actitudes más prudentes en la asignación de activos vinculados al dólar.

Un contexto global en evolución

La desdolarización incipiente en algunos bloques económicos también ha generado presión a mediano y largo plazo. Países del grupo BRICS y otras economías emergentes están promoviendo acuerdos comerciales en monedas locales, reduciendo su exposición al dólar. Estas decisiones, aunque de momento con un impacto limitado, podrían tener efectos más significativos si se consolidan en el tiempo.

El aumento de reservas en otras divisas por parte de bancos centrales, así como el desarrollo de monedas digitales soberanas, también forman parte del cambio estructural que podría debilitar el papel tradicional del dólar en el sistema financiero global.

Expectativas para los próximos meses

En el futuro cercano, la actuación del dólar estará fuertemente influenciada por los informes económicos de Estados Unidos, particularmente los relativos al empleo, la inflación y el consumo. Asimismo, las medidas que tome la Reserva Federal respecto a las políticas monetarias seguirán afectando, aunque es posible que su influencia sea menor que en periodos previos.

Los expertos coinciden en que es posible que el mercado de divisas continúe siendo inestable y sin una orientación definida mientras los elementos políticos, fiscales y estructurales sigan predominando. En este contexto, se requiere precaución y la adaptación de los enfoques convencionales a un entorno que está cambiando rápidamente.

Por Camila Santos Hernandez