El titular del Departamento del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, manifestó recientemente su esperanza de una reducción en los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China. A pesar de admitir que las charlas oficiales todavía no se han iniciado, Bessent prevé que el procedimiento será extenso. En una exposición privada ante inversionistas en un evento organizado por JP Morgan Chase en Washington, clasificó la situación actual como un «embargo mutuo» y destacó que ambas partes ven insostenible el estado actual.
Bessent enfatizó que la intención del gobierno estadounidense no es desvincular las economías de ambas naciones, sino lograr un «gran y hermoso reequilibrio». Este reequilibrio implicaría una transición de la economía china hacia un mayor consumo interno y un fortalecimiento del sector manufacturero en Estados Unidos. Sin embargo, expresó incertidumbre sobre la disposición de Pekín para adoptar estos cambios.
Actualmente, Estados Unidos impone aranceles del 145% sobre productos chinos, mientras que China aplica aranceles del 125% sobre productos estadounidenses. Bessent calificó esta situación como insostenible y anticipó una desescalada en un futuro cercano, lo que podría aliviar la presión sobre los mercados financieros. De hecho, tras sus declaraciones, los principales índices bursátiles estadounidenses experimentaron un aumento de más del 2%.
En cuanto a la política comercial más amplia, Bessent destacó que la administración estadounidense está abierta a ofrecer apoyo financiero a países como Argentina, siempre que mantengan el rumbo de las reformas económicas y que las dificultades no sean atribuibles a decisiones internas. Recientemente, Bessent viajó a Buenos Aires para reafirmar el respaldo de su gobierno a las reformas implementadas por el presidente Javier Milei y al nuevo programa de préstamo de 20,000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.
Estas declaraciones reflejan un enfoque más conciliador por parte de la administración estadounidense hacia China, buscando soluciones que beneficien a ambas economías y reduzcan las tensiones comerciales que han afectado a los mercados globales en los últimos años.
